Ayer se unieron en el Palacio de Vistalegre dos de las mejores voces de los 80-90: Sebastian Bach y Axl Rose, telonero y artista principal o artista principal y telonero porque a estas alturas hay que tratarlos mas como iguales que como superior-inferior.
El ex de Skid Row, al que parece que los años no le cambian, abrió la noche con un repertorio de canciones que iban desde su antiguo grupo pasando por su carrera en solitario. La primera explosión surgió con la canción Slave To The Grind seguida de canciones como Here I Am, I Remember You, Piece Of Me, 18 & Life o Youth Gone Wild a destacar. En resumen, fiel, solvente y perenne dejó el campo preparado para los nuevos Guns N' Roses.
Pero, como no, el bueno de Axl fue fiel a la reputación que le precede y llegó con bastante retraso respaldado por el resto de los Guns que dificilmente llegan a la suela de los zapatos de la formación original de Slash, Duff y Steven (mención especial para la segunda formación con Gilby y Matt).
Aun así, para júbilo de los presentes, estuvieron a la altura del acontecimiento, intentando borrar esa mancha que dejaron en el 2006 cuando tras dos horas de retraso "escupieron" su repertorio.
Comenzaron con la canción que da nombre a su último trabajo, Chinese Democracy, la cual fue acompañada por todos sus himnos maestros: Welcome To The Jungle, Sweet Child O'Mine, Rocket Queen o Novembre Rain las cuales, por suerte, es imposible que suenen mal.
Todo el repertorio fue adornado por varias versiones como Live And Let Die (Wings), Knockin' On Heaven's Door (Bob Dylan) y Whole Lotta Rosie (AC/DC).
Como guinda final la explosiva Paradise City que cerró un concierto quizás demasiado generoso en cuanto a tiempo se refiere pero difícilmente olvidable para los asistentes.
Nos vemos SOYLdiers.